ACH Permanece Robusto, pero los Proveedores Deben Ofrecer Velocidad Optimizada, Riesgo y Control para Destacarse
17 de mayo de 2023
Envío electrónico de dinero a través de la red de la Cámara de Compensación Automatizada (ACH) se ha convertido en uno de los métodos más populares de transferir dinero desde y hacia cuentas bancarias en Estados Unidos.
La ACH, una forma de transferencia electrónica de fondos (TEF), permite a consumidores y empresas efectuar y recibir pagos electrónicos de forma segura y cómoda, sin necesidad de recurrir a redes de tarjetas de crédito o transferencias bancarias, que suelen conllevar comisiones de procesamiento más elevadas.
Pero no todas las ACH son iguales. Los proveedores de servicios de pago que desean ofrecer a sus clientes particulares y empresariales las mejores transferencia electrónica de fondos deben asegurarse de que sus ofertas están diseñadas para maximizar las ventajas inherentes de la ACH y mitigar los inconvenientes tradicionales, como los tiempos de procesamiento más lentos.
Proveedores que optimizan las capacidades de ACH pueden obtener una poderosa ventaja competitiva ofreciendo a los clientes diferenciadores convincentes en torno a tres conceptos clave: velocidad, riesgo y control.
Analizaremos más detenidamente cada uno de estos conceptos en futuras ediciones de nuestra serie de blogs sobre la ACH. Pero antes, una breve introducción sobre la ACH en su conjunto y el fuerte crecimiento de la red de pagos en los últimos años.
¿Qué es la ACH? Conceptos básicos y aumento reciente del volumen.
Creada en la década de 1970, la red de Cámaras de Compensación Automatizadas está regida por la Asociación Nacional de Cámaras de Compensación Automatizadas (NACHA), una alianza sin ánimo de lucro de más de 9.000 instituciones financieras de Estados Unidos.
Todos los bancos y cooperativas de crédito de EE.UU. están conectados a la red ACH, lo que significa que los fondos pueden transferirse directamente entre dos cuentas de depósito cualquiera a través de la red, utilizando los números de cuenta y de ruta para dirigir y verificar cada transacción.
Entre los tipos habituales de transacciones ACH se incluyen depósito directo de salarios de empleados, transferencia de dinero entre pares, pago de facturas, pagos a proveedores y distribuciones gubernamentales, como devoluciones de impuestos y pagos de prestaciones.
Impulsada por estos casos de uso, la popularidad de la ACH está en auge. En total, en 2022 se realizaron 30.000 millones de transferencias a través de la red ACH, por un importe total de 76,7 billones de dólares.
Existen dos tipos de pagos ACH, dependiendo de si la parte que inicia la transacción está solicitando dinero de otra cuenta o enviando fondos a otra cuenta.
El primero, conocido como débito ACH, se produce cuando, por ejemplo, un proveedor de servicios públicos solicita el pago mensual a un cliente que ha autorizado la transacción -ya sea de forma puntual o periódica- y ha facilitado al proveedor su cuenta bancaria y número de ruta.
Este último, denominado crédito ACH, se produce cuando el titular de una cuenta emite una solicitud para enviar dinero de su cuenta a otra cuenta, por ejemplo, una empresa que transfiere el salario de un empleado directamente de la cuenta bancaria de la empresa a la cuenta corriente de ese empleado de forma periódica.
Aunque los dos ejemplos anteriores se refieren a pagos entre una empresa y un consumidor, la ACH ha crecido con especial rapidez en el sector de empresa a empresa, ya que empresas de todos los tamaños han tratado de aprovechar las ventajas de coste y eficiencia de la ACH.
Según la NACHA, el número de pagos B2B realizados a través de la red ACH aumentó un 11,8% interanual en 2022, hasta alcanzar los 5.900 millones de transacciones por un valor total de 52,5 billones de dólares.
Las empresas, desde las pequeñas y medianas hasta las grandes, dan cada vez más prioridad al ahorro de costes en medio de los actuales retos empresariales impulsados por las incertidumbres macroeconómicas. En el entorno actual, las comisiones generalmente más bajas de las transacciones ACH en comparación con otros tipos de pago electrónico, como las tarjetas de crédito y débito y las transferencias bancarias, ofrecen una combinación especialmente atractiva de ahorro de costes y comodidad.
Ahora que hemos establecido un conocimiento básico sobre los pagos ACH en general y su aplicación para consumidores y empresas, permanezca atento a las próximas entregas de esta serie de blogs, en las que detallaremos las tres formas clave en que los proveedores de pagos pueden optimizar sus ofertas de ACH para generar valor para los usuarios finales: velocidad, riesgo y control.
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